Intolerancia a la galactosa: todo lo que debes saber

Por desgracia, las intolerancias alimentarias son cada vez más frecuentes en esta parte del mundo. Algunos de los afectados siempre lo han sido: es decir, nacen con determinadas intolerancias. Es el caso, por ejemplo, de la intolerancia a la galactosa (también conocida como galactosemia).

En esta enfermedad congénita y hereditaria, una reducción de la función de varias enzimas provoca dificultades con la galactosa en el organismo.

Ésta ya no puede descomponerse ni metabolizarse correctamente, pudiendo provocar síntomas desagradables y daños permanentes.

A continuación, te contamos todo lo que debes saber sobre la intolerancia a la galactosa y otras intolerancias alimentarias.

Papel de la galactosa en el cuerpo humano

La galactosa es un azúcar simple (monosacárido), también conocido como azúcar mucílago.

El cuerpo humano es capaz de producirla de forma independiente y la galactosa también se absorbe principalmente a través de los productos lácteos.

La leche materna humana, por ejemplo, contiene una elevada proporción de galactosa. Otros alimentos también pueden contener ciertas cantidades de galactosa, como expondremos más adelante.

Como azúcar simple, la galactosa, convertida en glucosa, es muy importante para el metabolismo de la insulina y, por tanto, para los procesos relacionados con el rendimiento cerebral.

Sin embargo, en su forma libre, la galactosa es muy tóxica para el organismo.

Si la descomposición de la galactosa o la conversión de azúcares simples en glucosa no funcionan correctamente, los síntomas correspondientes no suelen tardar en aparece: esto significa que los signos de intolerancia a la galactosa suelen manifestarse con la primera toma de leche.

Síntomas de la intolerancia a la galactosa

Los síntomas pueden variar en función de la gravedad del defecto.

Los síntomas más frecuentes son:

  • Rechazo a alimentarse tras la primera toma de leche
  • Falta de crecimiento
  • Agrandamiento del hígado/bazo
  • Opacidad ocular por acumulación de galactitol en los ojos
  • Vómitos severos, diarrea severa, deshidratación
  • Disfunción hepática y renal grave
  • Trastornos irreparables del sistema nervioso (trastornos de la motricidad fina, retraso mental)

En caso de intolerancia hereditaria a la galactosa, los síntomas suelen manifestarse con la primera lactancia o la administración de leche infantil.

En la mayoría de los casos, la afección se manifiesta durante las primeras semanas de vida del bebé.

Como parte de un cribado neonatal, la concentración de galactosa en la sangre suele medirse de forma estándar en las primeras horas de vida.

Desarrollo de la galactosemia

En la intolerancia a la galactosa, el metabolismo de la galactosa está alterado debido a la ausencia total o parcial de determinadas enzimas.

La más frecuente (1 de cada 40.000 recién nacidos[1]) es la deficiencia de galactosa-1-fosfato uridiltransferasa (deficiencia de transferasa). La gravedad de los síntomas varía en función de la gravedad (deficiencia completa o parcial).

La deficiencia de otras dos enzimas (galactocinasa o UDP-galactosa-4-epimerasa) también causa galactosemia. Sin embargo, esto ocurre con mucha menos frecuencia, ya que la deficiencia debe ser muy pronunciada para causar daños clínicos.

Diagnóstico de la intolerancia a la galactosa

Como ya se ha mencionado, el análisis de sangre para la galactosa forma parte del cribado neonatal (prueba de Beutler).

Se extrae sangre del talón del bebé y se analiza en el laboratorio. En muchos casos, el resultado confirma una intolerancia a la galactosa ya sospechada; en otros casos (más leves), la intolerancia a la galactosa se reconoce y puede tratarse adecuadamente.

La concentración de galactosa en la orina también ofrece una indicación del trastorno metabólico.

Tratamiento y cambios en la dieta

[the_ad id=»1410″] Si se detecta una intolerancia a la galactosa, deben evitarse inmediatamente todos los alimentos que contengan galactosa y lactosa.

Los lactantes deben recibir una alimentación especial (a base de fructosa o soja), ya que la leche materna también contiene galactosa. La dieta especial debe mantenerse durante toda la vida.

Sin embargo, como el organismo también produce galactosa por sí mismo, no se pueden descartar enfermedades secundarias en todos los casos.

Alimentos que contienen galactosa

En primer lugar, deben evitarse los productos lácteos de todo tipo, ya que, por un lado, la galactosa se encuentra en la lactosa y, por otro, la lactosa se descompone en galactosa y glucosa en el cuerpo humano.

También hay alimentos que deben evitarse o restringirse porque contienen galactosa.

Estos son, por ejemplo:

  • Judías
  • Legumbres (lentejas, soja y sus productos)
  • Despojos
  • Tomates
  • Papaya, plátanos, sandía, dátiles
  • Los embutidos, el pan y la pasta deben consumirse con precaución, ya que pueden contener leche en polvo
  • Cerveza y vino

Todas las intolerancias alimentarias de un vistazo


Referencias:

intolerancias alimentarias
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