Pseudoalergia: síntomas, tratamiento y dieta

pseudoalergiaEn el caso de una pseudoalergia, los afectados no están, como suele suponerse, inventando o imaginando sus síntomas: el organismo reacciona, efectivamente, con síntomas similares a los de una alergia «clásica».

Las pseudoalergias son siempre un fenómeno interesante, porque no sólo difieren significativamente de las alergias normales en muchos aspectos, sino que además aún no se han investigado a fondo.

En el siguiente artículo, nos gustaría examinar más detenidamente qué se entiende por reacción pseudoalérgica, cuáles son sus desencadenantes y cómo se manifiestan los síntomas. También nos centraremos en el diagnóstico y el tratamiento de las pseudoalergias.

Pseudoalergia: intento de definición

Si el cuerpo reacciona al contacto con determinadas sustancias (normalmente alimentos y medicamentos) con síntomas claros de alergia, pero no se puede hacer el diagnóstico correspondiente mediante las pruebas convencionales de alergia e intolerancia alimentaria, es posible que el paciente presente una pseudoalergia.

Se habla de reacción pseudoalérgica cuando los síntomas clínicos se asemejan a los de una alergia clásica, pero no puede detectarse ninguna implicación del sistema inmunitario (la reacción inmunológica está ausente).

Los mastocitos se activan de forma inespecífica (en el caso de las alergias clásicas, esto ocurre específicamente por la producción previa de anticuerpos) y el organismo reacciona con los signos clásicos de una alergia.

Las reacciones pseudoalérgicas suelen estar provocadas por medicamentos o componentes alimentarios.

Reacción pseudoalérgica: ¿qué la desencadena?

Hay varias sustancias que intervienen en las pseudoalergias. Al entrar en contacto con el organismo, se produce una reacción con los mastocitos del tejido conjuntivo. Finalmente, se liberan sustancias mensajeras y aparecen los síntomas clásicos de la alergia. Todo esto ocurre sin la participación de anticuerpos.

Desencadenantes clásicos de las pseudoalergias

  • Fármacos: agentes de contraste, como los que se administran para exámenes radiológicos; fármacos antirreumáticos, ácido acetilsalicílico (AAS), opiáceos, algunos relajantes musculares
  • Aditivos alimentarios: colorantes, conservantes, potenciadores del sabor, edulcorantes artificiales
  • Histamina: amina biogénica (producto de degradación de las proteínas alimentarias); por ejemplo, en el salami, el queso duro, el vino, las anchoas…
  • Aromatizantes naturales: como los que se encuentran en los tomates
  • Salicilatos: ácido salicílico; presente en frutas y verduras (naranjas, bayas, piña, uvas, pepino) y en medicamentos (véase más arriba)

Síntomas de una pseudoalergia

Básicamente, los síntomas de una pseudoalergia corresponden a los de una alergia clásica.

Los síntomas físicos están causados por una reacción de los mastocitos del organismo y la consiguiente liberación de sustancias mensajeras. Por lo tanto, una pseudoalergia no es en absoluto algo imaginario. Al contrario: la variación y la gravedad de los síntomas son comparables a los de una alergia que afecta al sistema inmunitario.

Síntomas de las reacciones pseudoalérgicas de un vistazo

  • Reacciones de las mucosas de la boca, los ojos y la nariz: rinitis alérgica; hinchazón de las mucosas; ardor y picor; ampollas; inflamación de los ojos
  • Reacciones en el sistema bronquial: formación de mucosidad; asma; dificultad para respirar
  • Reacciones de la piel: enrojecimiento; síntoma de rubor; picor; edema; formación de habones
  • Reacciones del tracto gastrointestinal: calambres; náuseas, vómitos; diarrea
  • Reacciones del sistema cardiovascular: palpitaciones; dolor de cabeza; mareos; shock anafiláctico (raro)

Alergia clásica frente a pseudoalergia

Aunque los síntomas sean similares, existen claras diferencias entre una alergia clásica y una pseudoalergia. Son precisamente estas diferencias las que dificultan considerablemente el diagnóstico.

La principal diferencia es que en una pseudoalergia no hay reacción del sistema inmunitario. En la práctica, esto significa que el nivel de anticuerpos en la sangre es normal.

Además, una reacción pseudoalérgica puede producirse ya en el primer contacto con la respectiva sustancia causante de la alergia. En el caso de una alergia clásica, esto sólo es posible en el segundo contacto, ya que la formación de anticuerpos precede a la reacción inmunológica.

Además, en el caso de las reacciones pseudoalérgicas, es muy posible que pequeñas cantidades de la sustancia correspondiente no provoquen ninguna reacción. En el caso de las alergias clásicas, suelen bastar pequeñas cantidades del alérgeno para que el sistema inmunitario reaccione.

Pseudoalergias: diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de una pseudoalergia es extremadamente difícil, ya que las herramientas de diagnóstico clásicas para determinar una alergia no son eficaces.

Ni la prueba de punción (prick test) ni el análisis de sangre para detectar anticuerpos proporcionarían resultados adecuados, ya que no hay implicación del sistema inmunitario. Por lo tanto, el diagnóstico puede llevar mucho tiempo. Sin embargo, una vez identificados los culpables, el tratamiento es posible de forma similar a las alergias clásicas.

Posibilidades de diagnóstico de las pseudoalergias

La sospecha de una pseudoalergia siempre va precedida de una historia clínica y de la exclusión de alergias clásicas e intolerancias alimentarias. El siguiente paso consiste en identificar las sustancias que desencadenan la reacción pseudoalérgica.

Para ello, es útil llevar un diario de alimentos. De este modo, pueden identificarse correlaciones entre la ingesta de determinadas sustancias y las reacciones correspondientes.

Una combinación de dieta de eliminación (restricción) y pruebas de provocación suele aportar claridad. En un primer paso, se evitan estrictamente todas las sustancias sospechosas durante un periodo de tres a cuatro semanas. Si se produce una mejoría de los síntomas, se añaden las sustancias eliminadas anteriormente bajo supervisión médica y se analiza su efecto en el paciente. De este modo, es posible identificar los desencadenantes de la reacción pseudoalérgica.

Tratamiento de las pseudoalergias

Si se conoce el desencadenante, es importante evitarlo al principio. De este modo, los síntomas deberían mejorar rápidamente. En casos agudos, el especialista puede recetar medicamentos antihistamínicos comunes.

El pronóstico de una pseudoalergia suele ser mejor que el de las alergias clásicas. Por un lado, al igual que ocurre con las intolerancias alimentarias, a menudo se toleran pequeñas cantidades de la sustancia desencadenante de la alergia (introducción gradual tras la abstinencia); por otro lado, incluso es posible que las reacciones pseudoalérgicas se resuelvan por sí solas.

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